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LA COCINA DEL TITANIC A 104 AÑOS DE SU DESAPARICIÓN

Barco: objeto de culto asociado
al viaje nocturno por el mar
y también a otras deidades
y a los espíritus de los muertos.
Juan-Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, 1994.

Bienvenidos a bordo. El RMS Titanic (1912), de la compañía White Star Line, ha sido el más mitológico de los buques jamás fabricado por la mano del hombre. Partió de Southampton, Gran Bretaña, con destino a Nueva York, Estados Unidos. En los cuatro días que duró su viaje inaugural fue el hotel flotante más grande, bello y lujoso construido hasta ese momento. La fatídica madrugada del 15 de abril de 1912, el Titanic se hundió en las heladas aguas del Atlántico Norte tras impactar contra un iceberg, llevándose con él la vida de 1514 personas -algunas de las más ricas del mundo y, como contraste, cientos de inmigrantes que buscaban una mejor vida en Norteamérica- dando inicio su leyenda, mantenida gracias a películas, libros, exposiciones, canciones, memoriales y, ahora, esta entrada del blog.

El monumental RMS Titanic. Photo by Central Press/Getty Images.

El monumental RMS Titanic. Photo by Central Press/Getty Images.

Sección del centro del transatlántico en la que se pueden ver todas sus cubiertas. https://es.wikipedia.org/wiki/RMS_Titanic

Sección del centro del transatlántico en la que se pueden ver todas sus cubiertas. https://es.wikipedia.org/wiki/RMS_Titanic

A inicios del siglo XX, el transporte marítimo era un negocio lucrativo y floreciente, sobre todo porque no existía todavía el transporte aéreo, la emigración a los Estados Unidos estaba en auge y el volumen del correo iba en aumento. Si bien los trasatlánticos de la época no llegaron a tener la majestuosidad del Titanic, las fotografías presentadas a continuación, dan una idea de cómo era ese tipo de barcos, sus comedores y sus promocionales.

Como el viaje del flamante Titanic sólo duró cuatro días casi no existen fotografías de él; las pocas que se tomaron son las de un pasajero que se bajó en Irlanda cuando el Titanic recaló ahí. La gran mayoría de las que circulan en la web, identificadas erróneamente como del Titanic, en realidad son del Olympic, un trasatlántico de la misma compañía White Star Line.

Las circunstancias del desastre del transatlántico británico, hasta cierto punto, eran predecibles; las diversas circunstancias, por sí solas, no hubieran ocasionado el desastre y la pérdida de tantas vidas, pero es con todas juntas que sobreviene la catástrofe:

  • Navegar a alta velocidad en un mar en deshielo.
  • Virar a babor para intentar esquivar el iceberg.
  • Navegar a contramarcha.
  • El acero del casco contenía un alto contenido de azufre, que lo hacía más quebradizo.
  • Un insuficiente número de botes salvavidas, apenas para la mitad de los pasajeros
  • La incredulidad de algunos pasajeros que pensaban que el barco no se hundiría, por lo que los primeros botes salvavidas no fueron ocupados al máximo

El proceso de evacuación se apegó al conocido “mujeres y niños primero”, por lo que menos del 30% de los pasajeros sobrevivientes fueron hombres -solo se salvaron algo más de 700 personas. “El hombre retó una vez más a las Fuerzas de la Naturaleza, y perdió”, Felicidad Saiz, La cocina del Titanic (Ediciones Grupo Zeta, Barcelona, 1998).

Una historia trasmitida por generaciones, es la del mexicano embarcado en el Titanic, Manuel R. Uruchurtu, diplomático en visita oficial a Francia. La noche en que el Titanic chocó contra el iceberg, Uruchurtu -gracias a su estatus de diplomático- fue subido al bote salvavidas número 11; ahí una mujer inglesa, Elizabeth Ramell Nye, imploró por ser incluída en el bote salvavidas, clamando que su esposo e hijo le esperaban en Nueva York. Uruchurtu le cedió su lugar pidiéndole, a cambio, que en caso de no sobrevivir visitara a su familia para contarles sobre su destino. En 1924, Ramell cumplió su promesa, viajando a México para encontrarse con la viuda de Uruchurtu. Sólo tiempo después se descubrió que Ramell ni estaba casada, ni tenía hijo.

“La cocina del Titanic”, Alejandro Sicilia, David Zurdo, Juan Agustín Rodríguez, Ediciones Grupo Zeta, Barcelona, 1998.

“La cocina del Titanic”, Alejandro Sicilia, David Zurdo, Juan Agustín Rodríguez, Ediciones Grupo Zeta, Barcelona, 1998.

Mientras duró el malogrado viaje del Titanic, los pasajeros de primera y segunda clase disfrutaron de una de las mejores cocinas del mundo. Augusto Escoffier, el emperador de los cocineros e inventor de la cocina de lujo en los hoteles, fue el encargado de diseñar el mejor menú, para el mejor de los buques. Escoffier, en su momento, instó al perfeccionamiento de todo lo relacionado con el arte de la cocina y vigorizó los menús con productos de temporada. También organizó al personal de cocina y los cocineros para que las tareas fueran eficientes y rápidas, reduciendo el tiempo de elaboración de la comida y la decoración de los platos.

El personal de cocina del Titanic estaba compuesto de la siguiente manera:

Cocinero jefe

Chef

Ayudante de chef

5 encargados de las despensas

8 ayudantes de los encargados de las despensas

14 personas en la antecocina

21 cocineros

8 carniceros

12 panaderos

2 pasteleros

10 encargados de la vajilla

1 camarero

2 porteros

Lo referente al servicio de la mesa y su presentación se reglamentó para que hubiera suficiente mantelería, vajillería, cristalería, cubertería, adornos y centros florales, por lo que se solicitó para el Titanic:

57,600 piezas de vajilla

29,000 piezas de cristalería

44,000 piezas de cubertería

12,000 platos de comida

1,000 tenedores para ostras

15,000 copas de champán

45,000 servilletas

Los chefs y cocineros del transatlántico pasaban días enteros preparando las grandes comidas y cenas que se servían a los pasajeros. De los menús de primera y segunda clase cuidaban hasta el mínimo detalle en cada uno de sus platos. Los pasajeros de primera clase, que la noche del 14 de abril cenaron en el comedor y en el restaurante, disfrutaron de los delicatessen de la época y de diez clases diferentes de vinos y licores que acompañaron a cada uno de los platos servidos.

Los restos del Titanic fueron buscados por varios años; las primeras investigaciones iniciaron a fines de los años 1970´s, existiendo proyectos que intentaron reflotar el navío, pero no tuvieron éxito. Finalmente -en el marco de una misión secreta-, los restos fueron descubiertos el 1 de septiembre de 1985. Algunas compañías se han llevado miles de objetos del navío -algunos lo califican de pillaje- que, ya en la superficie, han sido restaurados y vendidos. Los objetos rescatados han creado grandes polémicas pues, en teoría, estas piezas solo pueden ser cedidas a museos, lo cual no ha sucedido.

Con los objetos rescatados se han realizado numerosas exposiciones y se han formado varias sociedades históricas y culturales que investigan y difunden lo relacionado al mítico transatlántico.

Al centenario del hundimiento del Titanic (en el año 2012), Musealia, una empresa española dedicada a crear y gestar exposiciónes, produjo Titanic The Exhibition, una muestra sobre su grandeza y su tragedia, con más de 200 objetos reales y recreaciones de sus estancias interiores. Todas las fotografías presentadas a continuación, pertenecen a Musealia. http://www.musealia.net/titanic-the-exhibition/ 

“Titanic The Exhibition”, exposición creada y gestada por Musealia. Imagen de la WEB.

“Titanic The Exhibition”, exposición creada y gestada por Musealia. Imagen de la WEB.

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Titanic The Exhibition, se expuso en el Pabellón Guanajuato Bicentenario, México, del 25 de octubre al 30 de abril de 2015. La exposición con más de 260 piezas originales -adquiridas o donadas que se encontraron en el barco-, fue inaugurada el 24 de octubre con una cena que recreó la última que degustaron los pasajeros en el Titanic. El menú de 10 tiempos, fue el mismo que confeccionó el chef Auguste Escoffiet, ahora con la dirección del chef Dominique Tougne. Un innegable e interesante viaje al pasado.

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