DE TRIGO, HARINA Y MOLINOS. PUEBLA EL GRANERO DE LA NUEVA ESPAÑA


Soy la quietud de los Reynos, de los campos la cosecha
 abasto de los poblados, de los ricos la grandeza 
el consuelo de los pobres y el adorno de la mesa.
  Nueva relación, Disputa del trigo con el dinero, 1797.

Puebla desde 1550, se instituyó como la principal productora de trigo de la Nueva España, por sus abundantes cosechas, se le llegó a considerar como el granero de la Nueva España, ventaja que conservó por más de dos siglos.

Trigo. Viñeta. Centro de documentación Fototeca Lorenzo Becerril A.C.

Trigo. Viñeta. Centro de documentación Fototeca Lorenzo Becerril A.C.

La región de Puebla está integrada por una serie de llanos y valles y entre las faldas de varias montañas, resultando ser una cuenca muy favorable para la agricultura. A esta fértil región, llegó un creciente número de agricultores provenientes de España que producían principalmente trigo, además, maíz, verduras, frutas y flores.

El trigo, procedente de las haciendas y los ranchos, era captado por los dueños de los molinos. Un aspecto importante a considerar, es que tan solo en la municipalidad, existían más de 16 molinos, estos fueron: El Carmen, Enmedio, San Francisco, El Batán, El Puente, Santo Domingo, Santa Cruz, San Diego, Mayorazgo, Huexotitla, Santa Bárbara, El Cristo, San Mateo, Guadalupe, San Manuel, La Teja, San José del Puente. Los molinos, para impulsar a la maquinaria que servía para la molienda del trigo, aprovechaban la energía eléctrica obtenida de los ríos Atoyac y San Francisco,

Molino de la hacienda de Guadalupe, de Marcelino Presno. Fototeca Lorenzo Becerril A.C.

Molino de la hacienda de Guadalupe, de Marcelino Presno. Fototeca Lorenzo Becerril A.C.

Los panaderos también captaron el trigo y lo entregaban como un producto procesado: el pan. “El pan era producido según normas gremiales y su precio estaba regulado por la corporación municipal. Se obligaba a los panaderos a sellar sus productos” menciona Francisco Téllez Guerrero en De reales y granos. (UAP, 1986). Con estos sellos o “pintaderas” con que se marcaba a cada pan, se controlaba a panaderos y revendedores, y se les obligaba a publicar las cantidades de pan que ofrecían por cada unidad o fracción monetaria, esto es, existía una regulación del abasto, calidad, precio, distribución y venta del pan.

En el Archivo General Municipal de Puebla, en el libro de Expedientes se encuentran los registros de los sellos o “pintaderas”, estos aparecen desde el año de 1601 -el primero perteneciente a Diego Llorente- y hasta el año 1631, quedando registradas 113 “pintaderas”, información obtenida del libro Trigo, molinos y pan una identidad poblana, coordinado por María de la Cruz Ríos Yanes directora del Archivo. Todas las imágenes de “pintaderas” que aparecen a continuación, corresponden a la Sección de Expedientes, vol. 228.

Desde el año de 1600, el pan era vendido en la ciudad de Puebla en el callejón de la Audiencia (actual Pasaje Zaragoza), los vendedores con sus canastos de pan, estaban formados en dos hileras para que estando juntos, “la gente, pasando por medio de ellas, comprase su pan y fueran visitados allí mismo por los diputados ejecutores para verificar el peso, calidad y precio … y si no cumplían con lo dispuesto en las ordenanzas, castigarlos de la manera más conveniente”, esto lo menciona Arturo Córdova Durana en su artículo “Velando por la buena calidad del pan y su precio justo” en Trigo, molinos y pan.

Vendedor de pan. Fototeca Lorenzo Becerril A.C.

Vendedor de pan. Fototeca Lorenzo Becerril A.C.

El pan conocido como “bizcocho” producido en Puebla, al igual que el trigo, fue un artículo de exportación, este era una de las principales provisiones para los trasatlánticos y para la flota de guerra. Al gremio que hacían este pan se les decía “Bizcocheros”. A la cuadra donde vivió Diego el Bizcochero, después se le llamo “Calle de Bizcocheros” usándose el plural del nombre de la profesión.

Calle de Bizcocheros. Fotógrafa Lilia Martínez.

Calle de Bizcocheros. Fotógrafa Lilia Martínez.

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